Una boda que trascendió fronteras: la celebración de Tanya González y Rahul Chandhok en Luna Escondida por ELLE

Wedding by Lucero Álvarez Wedding Agency

Situado en la zona perimetral de San Miguel de Allende, a la distancia ideal para llegar en pocos minutos al centro de la ciudad, pero a la vez disfrutar de total privacidad, Luna Escondida ha demostrado una vez más ser el escenario soñado para las parejas que buscan un venue de bodas que combine romance, elegancia y lujo silencioso.

En febrero de 2024, el venue fue anfitrión de la impresionante boda de Tanya González & Rahul Chandhok, una celebración que fusionó la herencia de la cultura india con las encantadoras tradiciones de México. El evento capturó la atención de ELLE, la revista internacional de moda, estilo de vida y tendencias, que lo presentó como un referente de bodas interculturales en su cobertura de mayo de 2024.

Una decoración cargada de belleza y significado

Luna Escondida se caracteriza por ser el escenario de bodas que trascienden lo común. En esta ocasión, sus exuberantes jardines, su arquitectura y paisajes impresionantes, fungieron como el lienzo perfecto para que la historia de amor de Tanya & Rahul escribiera uno de sus capítulos más importantes. Como describe ELLE, "Luna Escondida se transformó en un escenario mágico para la ceremonia tradicional india de la pareja, llena de detalles intrincados y significado cultural."

Desde los vibrantes arreglos florales que vistieron los jardines del rancho hasta el majestuoso mandap, ubicado al interior del Jardín Colibrí, cada detalle fue diseñado para honrar las tradiciones indias, y combinó con la belleza natural del lugar.

“La pareja soñaba con un escenario que se sintiera íntimo pero majestuoso, un lugar donde sus invitados pudieran sumergirse por completo en la experiencia.” -ELLE

Los rituales y el esplendor de una boda India

Las bodas indias son conocidas por su vistosidad así como por sus múltiples ceremonias cargadas de tradiciones y emoción. La celebración de Tanya y Rahul en Luna Escondida no fue la excepción. Las festividades incluyeron un emotivo Haldi que conmovió hasta las lágrimas al papá de Rahul pues no podía creer que hubieran revivido esta tradición cultural que parecía sacada de un escenario de la India y trasladada hasta México. Guirnaldas de caléndula, faroles colgantes, y preciosas alfombras contrastaban con el verde intenso de la vegetación de Luna Escondida.

Más tarde, el Baraat inundó de música y baile los caminos serpenteantes y empedrados del rancho. Los familiares y amigos de la pareja acompañaron a Rahul en su entrada.

"La energía fue eléctrica mientras los invitados bailaban junto a la procesión del novio, enmarcada por la impresionante arquitectura como telón de fondo". Rahul en su entrevista con ELLE

El Anand Karaj, la ceremonia religiosa sij, se llevó a cabo entre los imponentes muros de cristal del Observatorio en el Jardín Colibrí. El ritual sagrado se ofició, simultaneamente, en inglés y en español para que todos los invitados pudieran seguirla. Más tarde, al atardecer, la recepción inició con un cóctel a las afueras de las Caballerizas y frente a la imponente cascada trasera, donde los invitados disfrutaron de bailes tradicionales mexicanos, incluyendo el baile folklórico y danzas de Veracruz en honor al padre de la novia.

Para la decoración, se evitaron los arreglos florales convencionales en favor de un diseño exuberante y escultórico, creando la sensación de un bosque encantado al interior del Salón Luna.

"Luna Escondida ofreció el escenario perfecto para una boda que no solo deslumbró por su belleza, sino que también tocó el alma, convirtiéndose en un verdadero testimonio del amor y la herencia de los novios." – ELLE

La celebración alcanzó su punto culminante cuando los recién casados hicieron su gran entrada al ritmo del dhol, el tambor tradicional indio, fusionado con vibraciones latinas. Durante la cena, un dúo de piano y voz interpretó canciones de amor en español, envolviendo el ambiente en una atmósfera de calidez y romance. Y a pesar del cansancio inevitable, la emoción de la noche mantuvo a todos en la pista de baile hasta las dos de la madrugada—un final inolvidable para una boda tan hipnótica como entrañable.

Cuando las últimas notas de música se desvanecieron en la noche, y los últimos destellos de las velas danzaron sobre los muros del Salón Luna, la boda de Tanya y Rahul en Luna Escondida dejó de ser solo una celebración para convertirse en historia, en memoria viva en los corazones de quienes la presenciaron. Una boda donde dos culturas no se encontraron en contraste, sino en armonía, envueltas en la belleza atemporal de San Miguel de Allende.

Luna Escondida permanece, como siempre, como un refugio donde las historias de amor se despliegan con gracia natural, donde cada boda es una obra maestra, y donde el romance perdura mucho después del último baile.