Jardín Colibrí
Una obra maestra de hierro y cristal que se eleva con gracia hacia el cielo. Un jardín secreto exuberante, adornado con un lago resplandeciente y vistas espectaculares de San Miguel de Allende.

La majestuosidad de su diseño se revela en la altura de sus techos y la grandeza de sus espacios, evocando la libertad y el esplendor del cielo nocturno. Este oasis, concebido originalmente para cultivar la belleza de flores y plantas tropicales, se ha transformado en el espacio más íntimo, envuelto en una naturaleza vibrante. Es un reflejo fiel del diálogo vivo entre la naturaleza y el esplendor arquitectónico.
CAPACIDAD
- Capacidad para hasta 120 invitados.
AMENIDADES
- Cocina lista para catering
- Baños de caballeros — 4 cubículos y 3 urinarios
- Baños de damas — 6 cubículos
INVERNADERO BOTÁNICO
- Superficie del salón: 817 m² / 8,794.11 pies²
- Altura del salón: 14.30 m / 46.9 pies
TÚNELES DE ENREDADERAS
Corredor No. 1 — 11.75 m / 38.5 pies
Corredor No. 2 — 11.85 m / 38.87 pies
Corredor No. 3 — 18.8 m / 61.6 pies
Corredor No. 4 — 11.75 m / 38.5 pies
LAGO
- Lago sereno de un millón de litros
- Con lirios acuáticos, peces koi y visitantes estacionales como patos silvestres
JARDÍNES
- Jardín secreto
- Sendero floral que conecta con el Salón Luna
Solo una proeza arquitectónica como esta podría albergar la cascada de votos y palabras de amor que acompañan cada boda. Jardín Colibrí es uno de los muchos rincones encantadores de Luna Escondida donde la naturaleza y la arquitectura conversan, evocando dulcemente historias de romance y amor.
Inspirado en la presencia constante de estos seres mágicos y magníficos, Jardín Colibrí recibe su nombre de los colibríes mensajeros de buenas noticias y posibilidades infinitas. Son guardianes y guías del amor, y anuncian con alegría que dos almas se han unido.

El colibrí se esconde y se deleita entre los deslumbrantes túneles de enredaderas que habitan aquí. Es recibido por las hojas, atentas guardianas de cada sagrado matrimonio, y el sonido de su canto es el alimento más preciado para nuestras flores. Los pequeños patos y ranas, casi completamente ocultos entre la vegetación en un camuflaje digno de Monet, son también compañeros predilectos de nuestro guía del amor.
Así, las estrellas, los árboles, el lago y todos sus habitantes, cada enredadera, cada hoja y cada flor; todos entonan la dulce noticia del colibrí, cuya melodía resonará por siempre en Luna.
Un recinto idílico para las ocasiones más especiales, entre ellas —aunque no limitado a— ceremonias memorables, fiestas de aniversario, bodas íntimas y grandiosas, brunches pre y post boda, cocteles de bienvenida y cenas de ensayo íntimas. Celebraciones plenas de gozo, en todas sus formas.
