Villa Alexandria

Un santuario para el alma. Al borde de las colinas tranquilas, donde la luz dorada se posa un poco más y la brisa acaricia historias olvidadas, se erige Villa Alexandria: un refugio donde el tiempo se ralentiza y el corazón encuentra de nuevo su propio ritmo.

Desde el momento en que se cruza su encantadora entrada de piedra, se establece una promesa tácita. La villa no solo da la bienvenida: abraza. Saludos susurrados flotan en el aire como poesía, y los muros parecen escuchar, discretos y confiables, guardando las esperanzas apasionadas y las experiencias sinceras de quienes han pasado por aquí.

PROPIEDAD

- Diseño arquitectónico estilo suroeste
- Capacidad para hasta 10 huéspedes
- 700 m²

HABITACIONES

5 habitaciones, cada una con baño privado en suite:

- Habitación 1: Cama King-size, sofá y espacio de trabajo
- Habitación 2: Cama King-size, sofá
- Habitación 3 (nivel superior): Cama King-size, pequeña sala de estar independiente
- Habitación 4 (nivel inferior): Cama King-size
- Habitación 5 (suite exterior privada): Cama Queen-size

Además, cuenta con una pequeña sala de estar independiente para lectura o televisión.

AMENIDADES

- Cocina totalmente equipada
- Chimenea de gas
- Comedor formal
- Wifi de alta velocidad
- Televisión

EXTERIORES

- Terraza privada
- Jardines

Los pasillos de Villa Alexandria poseen un magnetismo irresistible, invitando al alma errante a explorar. Con cada paso, una nueva capa de su esencia se revela —cada una más entrañable que la anterior. Un baño amplio y lujoso. Un rincón de lectura donde el espíritu se enriquece entre las páginas de historias antiguas. Una terraza impresionante, donde las vastas colinas se extienden serenamente, invitando a la contemplación bajo el cielo abierto.

Cada rincón de este santuario está impregnado de intención, diseñado, ante todo, para ser íntimo. Cada una de sus cinco magníficas habitaciones ofrece un refugio de amplitud, calidez y esplendor. Aquí, la paz no solo se encuentra: se teje, formando una fortaleza de tranquilidad impenetrable.

Dentro de sus muros sucede algo extraordinario: una transformación tan delicada como profunda. En el silencio, uno se reconcilia consigo mismo, abrazando la fuerza callada de la soledad. Y, en las risas compartidas sobre comidas caseras, en el intercambio de miradas cómplices, la villa revela otra verdad: el lujo de estar con otros, de profundizar las conexiones gracias a la gracia del espacio mismo.

Simplicidad y elegancia se encuentran en perfecta armonía en Villa Alexandria, creando un santuario donde la belleza del espíritu del suroeste se siente en cada textura, cada tono, cada susurro del viento a través de sus corredores. No es simplemente un lugar para hospedarse: es un lugar para ser. Un refugio atemporal donde el alma redescubre su hogar.